Hoy día hay que estar donde están los clientes, simpatizantes, asociados; hay que estar en las redes sociales para crear comunidades y multiplicar la influencia. Hay que contar bien.
Hay
organizaciones que comunican pero no se preocupan de difundir o
amplificar la difusión de esas comunicaciones.Y hay organizaciones que no saben escuchar: un discurso que no escucha es un relato aislado, impermeable, y por lo
tanto menos atractivo y creíble. Para convencidos que tampoco escuchen.
Las empresas y todo tipo de
organizaciones, para ser informantes, deben estar informadas.
Y de vez en cuando deben podar sus mensajes para proporcionarles
mayor fuerza. Hay organizaciones que confunden comunicación activa y
frescura. No toda comunicación proporciona esa frescura, que exige un
estilo y una actitud a la hora de contar.
Cada marca tiene cosas que contar, y necesita que se cuenten bien, de forma comprensible y atractiva, sin verborreas innecesarias, aprovechando los diferentes canales que nos proporcionan las tecnologías.
La comunicación no solo debe servir para venderse mejor, sino para compartir interna y externamente conocimiento, hacerlo digerible e interesante.
Cada marca tiene cosas que contar, y necesita que se cuenten bien, de forma comprensible y atractiva, sin verborreas innecesarias, aprovechando los diferentes canales que nos proporcionan las tecnologías.
La comunicación no solo debe servir para venderse mejor, sino para compartir interna y externamente conocimiento, hacerlo digerible e interesante.
Saber más:
"En el ámbito de la política se recurre a gabinetes de belleza: ¿por qué no también a gabinetes de imagen verbal?"
A. Briz, catedrático de lengua
No hay comentarios:
Publicar un comentario